Hoy os traemos una silla con encanto propio. Ya no tiene nada que ver con la silla desvencijada que llego a nuestras manos, una silla que a pesar de ser muy bonita parecía no tener salvación. La tratamos contra la carcoma, la desmontamos por completo, una pata por aquí, otra por allá, Tapamos todas las imperfecciones, dejando sólo aquellas que nos parecían interesantes, no queriamos quitarle su autentica esencia vintage. Lo que más nos gusta de este estilo de sillas son sus patas curvadas o cabriolé que les dan un toque romántico. Le dimos una manita de pintura, tras otra, y luego a decapar lija en mano, para crear ese efecto tricolor que deja entrever también el tono de su madera natural. Con el tapizado no lo teníamos muy claro, pero finalmente optamos por un estampado cachemir en tonos similares a la silla lo que le da un toque muy elegante. Es una de esas piezas que puedes poner en cualquier tipo de decoración sin desentonar con el resto del ambiente p...