No hay duda, ya es navidad. Se puede sentir por el ambiente navideño que desprenden nuestras calles, las luces titilantes, la decoración de los escaparates, el humo de las chimeneas de los vendedores de castañas, los anuncios de colonias bombardeando en la televisión, el Cortilandia (menos entrañable de lo que recordamos los más mayores, pero igualmente bonito), balcones decorados, villancicos sonando por todas partes, en el hiper, la peluquería, en el colegio de los niños, hasta el vecino los tiene puestos, y cuando crees que ya no vas a oírlos más, de una manera que ni Iker jimenez podría resolver en su programa, esa dulce melodía resuena en tu mente durante toooodaaa la noche, y al día siguiente nuevamente a empezar. Por suerte hay cosas que no cambian, y todos los años la navidad se nos cuela por debajo de la puerta y nos contagia esas ganas de ver películas como "La gran familia" , "Que bello es vivir", "Pesadilla antes de navidad" , o como no